Autor: Amparo Pillajo, Movimiento de Mujeres de El Oro
Año: 2012
Donantes: UNIFEM
Entre risotadas las compañeras suelen comentar que antes de vincularse a la organización desconocían la importancia de su trabajo en el hogar, y se sometían a los deseos e imposiciones de sus esposos, padres, hermanos, abuelos o hijos. Consideraban que no tenía importancia el levantarse temprano, a veces a las cuatro o cinco de la mañana, para preparar los alimentos, alistar la vestimenta y los uniformes de los niños/as, o limpiar, arreglar la casa, lavar y planchar. Tampoco le daban valor al acompañamiento cotidiano a las tareas escolares de los hijos o al apoyo psicológico que brindaban a su familia, cuando hacía falta. Todo esto junto a la crianza de animales, el cultivo de hortalizas, la administración y distribución de los ingresos del hogar, el cuidado de los enfermos y los ancianos. Una jornada que bien puede terminar a las nueve o diez de la noche, y aún más tarde. Muchas desconocían que todas estas actividades son trabajo. Un trabajo necesario para que se mantenga la vida; que las tareas de cuidados que realizan desde muy temprano hasta la noche pertenecen a la denominada economía del cuidado. A su economía, y a nuestra economía. Ahora les causa indignación constatar que su trabajo no sea reconocido o valorado por sus familias y por la sociedad. Y se preguntan ¿por qué si nuestro trabajo es fundamental para la vida, nos vuelve inferiores ante la sociedad, los hombres y el Estado? Para encontrar las respuestas a la opresión de las mujeres nos ubicamos en su territorio. Analizaremos las contradicciones e inequidades que viven las mujeres en la provincia de El Oro.
Resultados:
Materiales para el debate político del movimiento de mujeres de El ORO